La aspiración de la robótica por crear máquinas pensantes, iniciada en los 60 con Shakey, ha evolucionado. Ese primer intento de un robot que razonara sobre su entorno, se materializa hoy en los agentes de IA. Aunque estos agentes son cerebros digitales sin cuerpo, representan la misma búsqueda de autonomía para percibir, planificar y actuar. La revolución actual, por tanto, no es de metal, sino la culminación del "pensamiento" que Shakey comenzó.
[ROBÓTICA] EL CEREBRO ANTES QUE EL METAL: AGENTES DE IA SIENDO LA REVOLUCION DEL PROYECTO(SHAKEY)
En el año 1960, la inteligencia artificial era todavía una aspiración. Los científicos soñaban con máquinas que pudieran percibir, razonar y actuar con autonomía. Este sueño académico encontró un poderoso patrocinador: en plena Guerra Fría, la agencia ARPA (hoy DARPA) del Departamento de Defensa de EE. UU. buscaba activamente crear "agentes autónomos" que pudieran operar en entornos complejos o peligrosos sin necesidad de control humano directo.
Fue en este contexto que el SRI (Stanford Research Institute) recibió los fondos. Un equipo dirigido por Charles Rosen, Nils Nilsson y Peter Hart se propuso construir algo que hiciera tangible ese doble objetivo: un robot que pudiera pensar antes de moverse, llamado el proyecto SHAKEY.
Ese robot era un armazón de metal montado sobre ruedas, equipado con una cámara, sensores y una computadora remota. A simple vista, parecía un proyecto de ingeniería. Pero detrás de su cuerpo torpe y sus movimientos lentos se escondía una doble ambición:
- Filosófica: Demostrar que una máquina podía entender el mundo y planificar sus propias acciones.
- Estratégica: Crear la base para sistemas autónomos capaces de realizar tareas de reconocimiento, logística o exploración en el mundo real.
Objetivo
El objetivo de este proyecto era desarrollar una forma de percepción computacional, una especie de ojo que piensa, ya que Shakey podía analizar una habitación, identificar objetos como cajas o muros y planificar rutas para desplazarse.
Shakey capturaba imágenes y enviaba a un ordenador central que procesaba la información y generaba un modelo simbólico del retorno. A partir de ese modelo, el robot decidía que acción realizar: avanzar ,girar o empujar un objeto. En esencia Shakey combinaba visión, razonamiento y acción revolucionario para su tiempo.
Dobson señala que el interés del SRI estaba mas en la "estructura lógica del pensamiento maquinico" que en el diseño físico (Dobson,2023). Por eso aunque su aspecto era rudimentario, su arquitectura de software era avanzada.
Shakey usaba un lenguaje de programación llamado STRIPS(Standford Research Institute Problem Solver), uno de los primeros sistemas de planificación automática. Con él, el robot podía formular planes para alcanzar metas, actualizando su “conocimiento del mundo” a medida que actuaba.
Logros y legado
El proyecto, financiado por la DARPA, fue un éxito conceptual, pero un fracaso práctico. Shakey podía empujar una caja o moverse por una habitación, pero necesitaba minutos para calcular cada decisión.
Su entorno debía ser perfectamente controlado: sin ruido, sin personas, sin imprevistos. Sin embargo, su legado fue enorme. De su software nacerían avances como la planificación automática, la visión por computadora y el razonamiento simbólico, pilares de la inteligencia artificial moderna.
Como escribe Dobson, Shakey mostró que ver no era solo captar luz, sino interpretar significado. Esa distinción entre percepción y comprensión sería fundamental para todo lo que vendría después. Seis décadas más tarde, el sueño del SRI se ha materializado, pero no en laboratorios llenos de robots metálicos, sino en servidores que ejecutan modelos de lenguaje y razonamiento autónomo. Los agentes de IA modernos como ChatGPT, AutoGPT, Devin estos no tienen cuerpo, pero actúan, razonan y toman decisiones.
CONCLUSIÓN
Shakey nació para demostrar que la inteligencia podía construirse, sus creadores no buscaban un robot fuerte, sino uno capaz de pensar antes de actuar. Hoy, los agentes de IA materializan ese sueño como mentes digitales que razonan y ejecutan tareas sin depender del metal la robótica ya no se mide por la potencia de sus motores, sino en conciencia como afirma Dobson (2023), “la visión por computadora fue, desde el principio, una búsqueda por dotar a las máquinas de conciencia del entorno” .
No hay comentarios:
Publicar un comentario